En estos días apareció una noticia en los periódicos que relataba el apresamiento de tres individuos que se dedicaban a robar en los vehículos estacionados en el parqueo del aeropuerto internacional de Las Américas “José Francisco Peña Gómez” sin dar más explicaciones.
Lo insólito ha sido que la dirección del referido aeropuerto no haya emitido una comunicación en espacio pagado que señale los errores cometidos por esa dirección, por la falta de vigilancia y más importante aún, las medidas correctivas que hayan tomado.
Esto así, porque son muchas las personas que dejaban estacionados los vehículos cuando salían de viaje, pero que a partir de estos momentos, de no haber una explicación del reforzamiento de la seguridad que haya tomado la dirección del referido aeropuerto para que delincuentes similares no vayan a repetir estas acciones, difícilmente dejarán sus vehículos en los estacionamientos “vigilados”.
Pero esta noticia no es la más importante, lo que nos debe aterrorizar es la red delincuencial que existe en ese aeropuerto de perseguir a los vehículos de familias que viajan con numerosos equipajes.
En estos días, una familia con tres hijos pequeños vino en el vuelo de la medianoche desde Miami y en la salida del aeropuerto una camioneta comenzó a perseguirlos y a decirles por altoparlante y con una sirena funcionando, que se detuvieran en un tramo de la carretera hacia el este entre Boca Chica y Guayacanes. El chofer del minibús exclamó que era para asaltarlos ya que su hermano, también chofer de esa ruta, había sufrido un atraco similar.
No permitió que el vehículo de los delincuentes le rebasara cortándoles el paso a la izquierda y derecha y acelerando el autobús hacia su destino a la vez que ordenaba a la madre de los niños que los colocara en el piso y como una gallina que cuida de sus pollitos se acostara sobre ellos como prevención en caso de disparos. Afortunadamente los presuntos atracadores desistieron de la persecución debido a que el vehículo en que viajaban no les podía dar alcance y que desde el inicio el chofer no los dejaba rebasar.
Son varias las conjeturas que se hacen en torno a estos atracos: la primera es que no se debe escribir la dirección del domicilio en el formulario de aduanas al llegar, porque desde ahí les avisan a los atracadores de los pasajeros que llevan bastantes equipajes para que sean asaltados. Esta conjetura se basa en que ha habido pasajeros que son atracados al entrar a sus hogares. Es decir, los esperan a que lleguen a la dirección determinada.
Otra conjetura es que tienen personas en la salida del aeropuerto observando a los pasajeros y deciden a quién atracar.
Si las autoridades correspondientes como las del propio aeropuerto, en combinación con la Policía Nacional, Ministerio de Turismo y otras no corrigen esta situación, estarán contribuyendo no solamente a la inseguridad ciudadana, que ya existe y es bastante insegura valga la redundancia, sino que ahuyentarán a los turistas. Definitivamente estamos frente a un gobierno cansado, donde impera el desorden y en que la cúpula gobernante lo único que les interesa es mantenerse en el gobierno para servirse ellos y no como el lema que acuñó el Profesor Bosch, de “servir al partido para servir al pueblo”.
Ojalá haya alguna explicación y solución a este estado anormal de seguridad existente en el Aeropuerto Internacional de las Américas “José Francisco Peña Gómez” por el bien de los dominicanos, los turistas y del país.
Jesús Feris Iglesias
Hoy / http://hoy.com.do/opiniones/2012/1/16/410316/El-aeropuerto-AILA-y-los-atracos
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