Juan Pablo Duarte Diez.
Si algo necesita esta República Dominicana de economía floreciente y exclusión social ensanchada, es que sus hijos de hoy asuman como herencia y misión los principios que en su momento inspiraron al prócer Juan Pablo Duarte y Diez, padre de la independencia nacional.
Asumir esta herencia podría marcar la diferencia entre una República Dominicana en la que la marginación es enfermedad endémica, y un Estado de Derecho basado en los principios de justicia social que fueron norte en aquellos tiempos en que el país era presa del dominio haitiano.
Duarte, que nació un día como hoy de 1813, sacrificó su juventud en aras de lograr que el país alcanzara la independencia de toda potencia extranjera. Era la prioridad del momento y Duarte la asumió como bitácora
A nuestros políticos de hoy, que han heredado un país independiente, se les pide mucho menos que lo que la patria exigía a sus hombres en aquellos tiempos sombríos, de oprobio. Se les pide que asuman la riqueza de los valores para desterrar toda práctica corrupta en el manejo de los poderes públicos, y que practiquen la equidad para repartir en justas proporciones las bonanzas económicas que tanto se pregonan. Todos alaban a Duarte y le rinden tributo un día como hoy, pero todos rehúyen asumir la herencia de sus principios.
Editorial Hoy
Dibujo: Wilson Morfe
Hoy / http://hoy.com.do/editorial/2012/1/25/411712/Heredemos-a-Duarte
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