Rafael Conrado Castellanos - El padre Castellanos - 1873 - 1934.
Cuando la Vírgen de la Altagracia fue solemnemente coronada en la Puerta del Conde, en el año de 1922, el país estaba sufriendo los rigores de la primera ocupación norteamericana, que duró de 1916 al 1924.
Monseñor Alejandro Nouel era el arzobispo de Santo Domingo y había ocupado interinamente la Presidencia de la República, del 1912 al 1913. Nouel eligió para pronunciar el discurso de orden en el acto al padre Rafael Conrado Castellanos, el famoso padre Castellanos, quien estaba considerado como uno de los mejores oradores sagrados del país. Los otros dos lo eran el propio Nouel y monseñor Meriño.
El padre Castellanos era en esos momentos párroco de Santiago, y desde el primer momento se había opuesto a la ocupación yanqui del país.
El gobierno militar de ocupación externó a monseñor Nouel su preocupación por lo que pudiera decir el padre Castellanos en el acto de coronación, ante miles de asistentes y el arzobispo estimó oportuno solicitarle una copia de su discurso previamente, a lo que se negó respetuosamente Castellanos, recordándole que, como el propio Nouel, él nunca escribía sus discursos.
Adolfo Alejandro Nouel y Bobadilla.- 1862 - 1937.
No obstante, el día de la coronación de la Virgen en esta capital, y justo a la misma hora, el padre Castellanos reunió a a la feligresía santiaguense en la iglesia y en el parque vecino, y pronunció uno de sus discursos más tórridos contra la presencia de tropas yanquis en el país.
El gobernador militar norteamericano no perdió tiempo y al otro día se quejó personalmente ante el arzobispo Nouel.
El jefe de la Iglesia dominicana expidió de inmediato el siguiente telegrama;
"Padre Castellanos, Santiago. Recuérdole que los sacerdotes no deben meterse en política.
Arzobispo Nouel".
La respuesta fue fulminante e histórica;
"Arzobispo Nouel, Santo Domingo. Recuérdole que yo nunca he sido Presidente de la República.
Padre Castellanos".
Marihal / Desde La República Dominicana
Fuente: Revista Ahora, #1151, página 97
15 de mayo de 2000
No hay comentarios:
Publicar un comentario