He escuchado voceros del PLD decir que deben “gobernar para ganar”. Intento entender el mensaje. Ese partido tiene casi ocho años en el poder. Se acercan las elecciones. Le aconsejan al Presidente de la Republica y a la vez del partido, que estos cuatro meses que le quedan gobierne para ganar. ¿Qué quieren que haga? ¿Que utilice los recursos del pueblo para aplastar la oposición?. No es justo ni honesto.
Me he detenido a observar sus acciones. Parecería que aceptó la proposición. Los funcionarios y dirigentes políticos, ¡Por fin! están yendo a los barrios pobres, donde viven hacinadas miles de familias, a aliviarles las necesidades. Le dejan caer migajas del gran pastel que se han servido. Están haciendo en estos meses, lo que no hicieron en siete años. Todo indica que los han instruido para que presten ayuda o servicio en las comunidades, que despierten ilusiones. Que comiencen a repartir alimentos, útiles escolares, reparar escuelas, caminos, viviendas, hacer operativos médicos, estrechar manos, demostrar generosidad y amor por los desvalidos. Dejar de ser “comesolos” por cuatro meses.
Con la clase media, profesionales y ricos también deben gobernar para ganar. El método es diferente. Atenciones que fortalezcan su Ego. Ayudan las condecoraciones, trofeos, premios, reconocimientos públicos, invitarlos a viajar al exterior, golf. Es el momento de darles facilidades, reunirse y complacer empresarios, comerciantes, porcicultores, arroceros, hacendados. Gobernar para ganar es que los síndicos, se lancen a asfaltar las calles, reparar casas, tapar hoyos y entregar funditas.
Gobernar para ganar es mantener bien incentivados medios de comunicación, interactivos y voceros. ¡Porta a mi, ese dinero no es mío!. Es que con fondos de los ministerios públicos, llenen el país de afiches, cuñas, propaganda y publicidad de los candidatos. Gobernar para ganar es que el Presidente vaya con la candidata a la Vice, a cortar cintas e inaugurar todo lo que vea. Es el momento de entregar proyectos habitacionales a damnificados de años. Hacer en estos meses, lo que debieron hacer todos los días por los pobres.
Gobernar para ganar es un grito de guerra y acción para vencer la oposición. Decirlo fue una indelicadeza imperdonable. Implica que el fin justifica los medios. Una competencia desleal. Una bofetada. Duele que usen los recursos para retener el poder, no para ayudar el pueblo. Todo indica que han instruido los funcionarios para que impulsen las acciones del partido con recursos de la nación. Lo hacen con la tranquilidad de saber que Juan Bosch y sus principios fueron sepultados hace años.
Con el método de gobernar para ganar, Leonel venció a Danilo en la convención del 2007. Recuerdo que dijo con amargura, “Me venció el Estado”. Hoy, ese Estado busca darle el triunfo a su candidatura. Me decepciona que Danilo acepte esa intervención. Están gobernando, no para vencer la miseria sino los que pretendan cambiar el sistema que proporciona bienestar a un grupo, a los nuevos tutumpotes. Quieren que todo siga igual. ¡Oh, Dios!
Un poco cansada e impotente, digo como el filosofo alemán, “Ya que no puedo hacer llover sobre Alemania entera, me conformo con mojar mi jardín”.
Venecia Joaquín
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