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martes, 9 de abril de 2013

Encuentro de Danilo e Hipólito es positivo para ambos líderes y el país


     Hipólito Mejía y el PRD institucional en Palacio Nacional. Foto: acento.com.do

El encuentro de Hipólito y Danilo
Finalmente se reunieron el ex presidente Hipólito Mejía y el presidente Danilo Medina. De acuerdo a las informaciones, fue una reunión de mucha camaradería, más al estilo de Hipólito que de Danilo.

Fue un encuentro público, en Palacio Nacional, a solicitud del propio líder opositor. Y para evitar conjeturas maliciosas, se hizo acompañar de dos de sus hijos, Ramón Hipólito y Carolina Mejía Gómez, y de figuras connotadas del PRD como Milagros Ortiz Bosch, Andrés Bautista, Orlando Jorge Mera, Geanilda Vásquez y de Sonia Guzmán, hija del fallecido presidente Antonio Guzmán Fernández.

La comisión del PRD legítimo, institucional, encabezada por Hipólito, no fue a Palacio a negociar cargos, ni en busca de contratas, ni a firmar pactos a espalda de los organismos violando los estatutos del partido. Hipólito, al igual que sus acompañantes, no es capaz de hacer tal cosa.

Debo decir, que en más de una ocasión, incluso, antes del Pacto de las Corbatas Azules, Leonel Fernández trató de negociar con el ex presidente Mejía, pero éste se negó siempre. (Puedo decir que fui testigo de una de esas ocasiones. Y la respuesta de Hipólito fue contundente: “No me presto a vagabunderías, ni hago tratos con sinvergüenzas”.

Tanto es así que incluso días antes de las elecciones, Leonel, a pesar de los miles de millones de pesos invertidos en la campaña, trató de producir un acercamiento con Mejía, pero de nuevo lo mandó “pal carajo”. (Leonel sabía el problema económico que dejaba. Un déficit de 200 mil millones de pesos y una deuda externa superior a los 25 mil millones de dólares. Y era preferible, a sus fines, que fuera Hipólito quién lo enfrentara, no Danilo)

Si Hipólito no es presidente de la República hoy día, a pesar de los cientos de miles de millones de pesos invertidos en su contra, de la traición de Miguel Vargas y su grupito (hoy tiene un seis por ciento dentro del PRD) se debe a que no quiso negociar con Leonel impunidad. Hipólito no quiso ser “el cambio seguro” para los corruptos. Al contrario, tenía planes de enviarlos a todos a la justicia. Como debe ser.

Pero ese es el pasado. Después del palo dado ni Dios lo quita. Como digo siempre, se robaron las elecciones, luego han pretendido robarse al PRD para destruirlo utilizando a Miguel Vargas, cosa que no será posible.

El encuentro de Hipólito y Danilo es positivo, para ambos líderes. Y para el país. Danilo está reconociendo el liderazgo indiscutible y la fortaleza política de Hipólito que, a pesar de las adversidades ya señaladas, obtuvo el 47 % de los votos. Es decir, el país estuvo dividido en dos. Por otro lado, Hipólito reconoce las buenas intenciones del presidente Medina en sus proyectos agrícolas. Trataron el problema salarial, la Ley de Partidos y Electoral, el enfrentamiento con la Barrick Gold, la defensa de Loma Miranda y de Bahía de las Aguilas, entre otros puntos de interés nacional.



Ese encuentro dejará ronchas en el sector de Leonel y de Miguel, los socios de las corbatas azules. Es posible, casi seguro, que Leonel procure una reunión de Medina con Miguel Vargas para que no se interprete que Danilo está reconociendo al sector de Hipólito como el verdadero PRD, algo que es cierto.

El encuentro puede darse o no, pero lo cierto es que Miguel cada vez tiene menos valor político. Se ha despreciado demasiado. Su poder de convocatoria está reducido al mínimo. Solo hay que ver las fotos de quienes les acompañan en las reuniones y los actos que realiza. La historia de la mayoría de los dirigentes del “nuevo PRD” de Miguel es conocida por la opinión pública.

Danilo, como dice doña Milagros Ortiz Bosch, es un político sagaz. Yo creo igual. Sabe que la luna de miel con el pueblo no le durará mucho, que la gobernabilidad se puede ver afectada seriamente en los próximos meses. Y que Leonel, lejos de ser una solución, es un problema cada vez más serio por su tozuda campaña proselitista de cara al lejano 2016. Y porque tanto él como su gente están cada vez más desacreditados. Además, Leonel no quiere un año sabático. Ni dos.

Hay que ponerse los zapatos del otro. El dilema de Danilo con Leonel y su gente es muy serio, tanto que aún no hace público los decretos poniendo en retiro a una buena parte del generalato de Leonel, ni algunos ministros que ya tienen 12 años chupando sin contemplación las tetas del Estado.

Pero la práctica cotidiana lo obligará a tomar acciones en beneficio del país aunque tenga que romper con Leonel y su grupo. Y para eso necesita un partido de oposición fuerte, con un líder sensato con vasta experiencia de Estado como Hipólito Mejía.

De todos modos, hay mucha conjetura en mis juicios. Dejemos que sea el tiempo que hable. De todos modos Hipólito y el grupo que lo acompañó al Palacio Nacional debe continuar trabajando para arrancarle el PRD de las manos al PLD y al gobierno al precio que sea. (Camarón que se duerme termina en un cóctel).

Juan Taveras Hernández (Juan TH)
Caricatura: Cristian Hernández / EL CARRUSEL DE LA VIDA / El Día

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