Todos aquellos que aspiran a posiciones electivas para la contienda electoral del 2016 contribuyen a validar a un conjunto de poderes ilegítimos, cuyos miembros designó Leonel Fernández para, por un lado, blindar su impunidad y, por otro lado, garantizar su retorno al poder político mediante esos comicios.
Aspirar a cargos electivos es propio de un sistema democrático. Y en República Dominicana no se puede hablar de democracia, porque las organizaciones opositoras no tienen ninguna perspectiva de triunfo, ante órganos electorales de evidente parcialización política.
No solo son cuadros del peledeísmo gobernante en su mayoría, sino que, entre ellos, hay quienes no conocen la palabra ética. Lo ha demostrado la Junta Central Electoral, pero también el Tribunal Superior Electoral, sobre todo en lo que atañe a la problemática interna del PRD.
Y los primeros en estar conscientes de la dictadura política que hay en el país son los directivos principales del PRD. Y pese a esa situación el ingeniero Hipólito Mejía a diario se promociona para la Presidencia de la República, lo que constituye un engaño a sus seguidores y al propio pueblo dominicano.
Debía previamente de responder a las siguientes interrogantes: ¿Con qué partido político se postularía, a sabiendas de que el TSE aprobó todas las decisiones del ingeniero Vargas Maldonado? ¿Y cuáles árbitros electorales garantizan el conteo de sus votos?
Esas preguntas les caben a Hipólito, pero también a todos aquellos que tienen proyectos políticos, con miras al 2016, tanto dentro como fuera del PRD, para que den una explicación de su irresponsabilidad.
La gente está cansada de actitudes conservadoras. El PLD, que en estos momentos es sinónimo de mafia, no devolvería la democracia secuestrada, por lo que solo mediante la lucha del pueblo, estoy cansado de decirlo, se recobran las instituciones, independientemente de lo que piense el empresariado y la cúpula de la Iglesia Católica.
Danilo Cruz Pichardo
(d_cruzpi@yahoo.es)
El Nacional
http://www.elnacional.com.do/opiniones/2013/4/11/156172/Democracia-secuestrada
Foto fuente: Samuel Doria Medina
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