Causa indignación y estupor escuchar todas las semanas a un degenerado ¨periodista¨ clamar públicamente por ayudas para sus costosos tratamientos médicos. Es una vergüenza nacional que todo corrupto que necesite un defensor encuentre en este dominicano malo una bocina que abogue rabiosamente por la inocencia de quien le paga. No hay empresa privada, artista, funcionario público o ciudadano en general que se salve del chantaje de de este monstruo con un micrófono poderoso a su servicio. Tan culpable es su patrón que patrocina y permite que un chantajista use su medio para agenciarse dinero malhabido, dinero que debe avergonzar a su familia y a sus compañeros de trabajo que deben quedar como la ciudadanía, asqueados de que alguien pueda caer tan bajo en la escala profesional y social. No vamos a abogar porque a este delincuente lo censuren de ese medio, no vamos a perder el tiempo, lo que sí deseamos es que el demonio que lo engendró se lo lleve rápido. No hay que mencionarlo, todos por igual lo hemos escuchado y sabemos de quién se trata la sabandija de la cual hablamos.
Juan Santos / Desde La República Dominicana
No hay comentarios:
Publicar un comentario