Si yo fuera ejecutivo de Funglode contactaría a los ciudadanos que fueron atropellados por la turba que llevó mi Presidente al edificio el Metrico (Línea 3 del Metro). Haría lo mismo con los fotógrafos y camarógrafos de los diferentes diarios que fueron golpeados, asaltados y apresados. Les prepararía un almuerzo en la sede de Funglode (Para que salga más económico). Les pagara sus cámaras fotográficas, sus micrófonos; que les fueron robados y les gestionaría una rápida tramitación de sus documentos sustraídos.
Al final del ágape les pediría excusas públicas y les prometería que nunca más sucedería algo así. Esto lo hiciera con una ínfima parte de los dos millones de dólares recaudados de la entrevista que dio mi Presidente. Les enviaría una comunicación con ellos a los medios que representan pidiéndoles una excusa sincera por los lamentables hechos.
Así se actúa en una sociedad civilizada. Exhorto a Funglode, aunque no soy ejecutivo de esa institución, a que piense en mi propuesta, lo cortés no quita lo valiente.
Este feo espectáculo no debe quedar en el aire, hay un sabor acre en los ciudadanos, la delincuencia no es solo parte de las raleas sociales más bajas, la alta sociedad política recurre a menudo a ella para que les hagan servicios especiales y esa no debe ser la imagen que Funglode deje.
Mientras más rápido lo hagan mejor. Si se tiene coraje para meter la pata, debe haber valentía para echar agua al vino.
Juan Santos / Desde La República Dominicana
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