La Jefatura de la Policía no ha demorado en suspender a los integrantes de la patrulla que el viernes mató a una pareja de esposos en presencia de sus dos hijos, en Villa Sombrero, Baní. El suceso, que como telón de fondo tiene un litigio comercial, ha provocado rabia en la población. Apuntan todos los indicios sobre la muerte de Santo Florentino Méndez Lara (Manota), de 51 años, y Olga Lidia Arias Mercedes (Kuni), de 33, que se trató de un exceso.
Los policías penetraron a la casa ocupada por la familia Méndez-Arias, dentro de una finca, sin órdenes judiciales ni acompañados de un representante del Ministerio Público. Méndez Lara, quien hace poco retornó deportado de Estados Unidos, reclamaba la finca donde ocurrió el suceso, que un hermano suyo había hipotecado de manera irregular al comerciante Milcíades Santana.
Este fue quien alertó a la patrulla, según las versiones, de que personas armadas habían invadido su propiedad. Los agentes no se hicieron esperar para enfrentar a los supuestos intrusos y luego ofrecer la desacredita versión del “intercambio de disparos”. Después habrían obligado a un hijo de las víctimas a cargar con los cadáveres. El deplorable suceso es también para que se profundice el proceso de depuración en la Policía.
Radar
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