Un grupo de bioanalistas preocupadas por el estado actual de los laboratorios en los hospitales públicos decidieron disponer de datos actualizados que aporten información útil para demandar su mejoría al actual Ministerio de Salud, o, en su defecto, demandarle al nuevo gobierno a partir del próximo año.
Tomaron un muestreo representativo de 27 establecimientos de salud de distintos niveles de atención, incluyendo hospitales regionales de tercer y segundo nivel de atención, y sub centros pertenecientes al primer nivel.
Los resultados obtenidos fueron los siguientes: las áreas de toma de muestras en los hospitales de tercer y segundo nivel no fueron aceptables en el 44% de los laboratorios. La higiene y los asientos tampoco lo fueron en el 56%. Asimismo, no cumplieron con el acceso a todas las pruebas que deben realizarse de acuerdo al nivel hospitalario en el 62%, el mantenimiento de los equipos fue deficiente en el 50% y los programas de evaluación interna y externa fueron deficientes en el 81%.
Cuando analizaron el personal destinado a laborar en los referidos laboratorios de acuerdo a la demanda, hubo un déficit del doble requerido. No hay incentivos por trabajo realizado, consignado en la Ley General de Salud, y en el 50% de los casos, los salarios están por debajo de los estándares para la posición que desempeñan.
Finalmente, los laboratorios hospitalarios investigados no pueden ser habilitados en el 56% de ellos y en el caso de los sub centros, en el 82%.
Uno de los mandatos de la Ley General de Salud y de la seguridad social es que la atención de los pacientes sea equitativa, sin tomar en cuenta a qué componente de la seguridad social pertenezca la persona.
Por ese mandato, es que el Seguro Nacional de Salud debe ocuparse fundamentalmente del componente subsidiado y contributivo-subsidiado, este último que el gobierno actual se niega a iniciarlo, debiendo enfocarse a pagarle mayormente a los centros de atención públicos y exigirles elevar la calidad de la atención, con la finalidad de poner a competir de igual a igual a los centros de atención públicos en relación con los privados.
Y precisamente estas dos avanzadas leyes les asignan al Ministerio de Salud la supervisión de los centros de atención, quitándoles lo que hoy permanece, de ser Juez y Parte. Es por esta razón que el Ministerio de Salud debe crear las redes públicas, como lo ordenan las leyes para supervisar correctamente y exigir el adecuado comportamiento de los centros de atención, sin ser parte de ellos.
Reitero que no hay diferencia entre el conocimiento, ni en el comportamiento de un profesional de la salud que trabaje en el sector público una tanda, del mismo profesional que labore otra en el privado.
La diferencia que pudiera existir sería la parte de hotelería, y con buena administración de los centros públicos, esas diferencias podrían ser equilibradas.
Haciendo cumplir las leyes de salud y seguridad social, se debería incentivar que un grupo extenso de profesionales del sector público trabajen únicamente en ese sector, tal y como sucede en otros países, incentivándolos por servicios prestados tal y como es contemplado en las leyes mencionadas.
Es hora ya de comenzar a organizar el país y el sector salud no escapa del desorden. Hacer los esfuerzos que sean necesarios para ir cumpliendo con las leyes de salud y seguridad social se daría un gran paso adelante en la mejoría de los servicios de salud, al igual que haciendo conciencia de que es necesario invertir más, pero progresivamente dependiendo de los resultados en el sector. Es de esta manera que en el país podrá decirse que hay buena salud, pero para todos.
Jesús Feris Iglesias
Dibujo: Wilson Morfe
Hoy / http://hoy.com.do/opiniones/2011/12/5/404679/Estado-actual-de-los-laboratorios-en-los-hospitales-publicos
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