Cosecha es el resultado de acciones. Es un conjunto de frutos, de un cultivo, que se recogen al madurar. Ahora estamos recogiendo los del recién pasado gobierno. Todo parece indicar que para sembrar en el país, no estudiaron debidamente el terreno, esto es, necesidades, prioridades, cultura y recursos, a fin de producir mejores frutos. ¿Qué se sembró en estos años que la población está más empobrecida, insegura, podrida? Bueno, la sociedad fue abonada con una lluvia de antivalores, corrupción, impunidad e injusticia social.
No se apuntó a cuidar el alma de la gente ni a satisfacer sus necesidades básicas. Una nación rica en recursos y gentes laboriosas, fue administrada sin meta de bien común. No hubo siembra planificada en el campo ni en la ciudad ni para la agricultura ni empresas. Tampoco en la organización de la gente para enseñarle oficios, al menos alfabetizarlas.
La gran siembra fue en el equipo de comunicación e imagen, comprando conciencias, para que ayudaran a tener al pueblo, anestesiado, repitiendo “E' pa' lante que vamos”, en medio de su miseria. También se sembró en megaproyectos, metros y bulevares para parecer un N. Y. chiquito. De ahí, que la cosecha fue la falta de inversión en caminos vecinales, que los agricultores se vieron precisados a abandonar el campo, aumentar la línea de pobreza de la capital y vivir hacinados.
Otra siembra fue en blindar organismos del Estado, legislativo y judicial, para que no se cuestionen acciones dudosas. La impunidad ha acabado con la moral social. ¡Cuánto necesitamos de un ministerio público y un fiscal independiente para investigar los actos de corrupción y sobornos!
¿Dónde se sembraron los 130 millones de dólares de la Sun Land?
Es imperdonable la siembra que hizo el Presidente de la República y los legisladores, cuando aprobaron el contrato para que la Barrick Gold, sacara oro y otros minerales del país. Es posible que los negociadores recibieran jugosas satisfacciones personales, pero de esa gran siembra, el pueblo cosecha migajas. ¿A cambio de qué regalaron el oro?.
Otra siembra, anunciada públicamente, no se si con descaro o desafiante, fue el uso de $40, 000 millones de pesos en campaña política a favor del partido en el gobierno. Oh, Dios!. También hubo inversiones significativas en el proyecto de Barrio Seguro, pero esa siembra fue en terreno estéril. Hay más delincuentes.
Fruto de todas esas siembras, tenemos un hoyo fiscal de $200,000 millones de pesos. Para cubrirlo, no buscaron en los bolsillos de sus ejecutores, pusieron mas impuestos a la población. Cabe destacar lo invertido en los viajes del Presidente para promoverse y abonar terrenos en organismos internacionales.
No sembraron en una reingeniería para que las instituciones públicas fueran más eficientes. Establecieron otras paralelas. La Fundación Global, Funglode, fue una de ellas. El Presidente la creó con el propósito de asumir funciones de los ministerios de educación, universidades, deportes, cultura, entre otros. Estuvo muy activa con proyectos de cine, deportes, educación superior, eventos internacionales.. Los frutos están ahí. Millonaria, próspera, alcanzó éxitos rápidamente, como hubiésemos deseado que lo hicieran los ministerios.
Se sembró en paliativos, tarjetitas de solidaridad, bonos, dádivas, con mucha publicidad, en lugar de hacerlo en talleres, para que las familias pobres aprendieran un oficio y se eduquen. La cosecha ha sido, dependencia, hambre y analfabetos.
¿Dónde está el dinero que produjo el hoyo fiscal? De haberse invertido en servicios, no tuviéramos problemas de energía eléctrica, agua, alto costo de la canasta familiar, hambre, inseguridad. ¿Qué podemos hacer con los responsables de tan pésimas siembras?.
De hecho, en medio de la extrema miseria del vecino país, Haití, le construyeron, una universidad, con nuestro dinero, en lugar de darle prioridad a una empresa que generara empleo y comida. Quizás la cosecha esperada era que en esa universidad, colocaran el nombre de “su Benefactor”. Oh, Dios, ¡Que frustración!. Ojalá sean mejores las siembras en este nuevo periodo.
Venecia Joaquín
Z - 101 Digital
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Caricatura: Harold Priego
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