Es más que evidente que debe llamarse al orden en el gobierno, que los responsables jueguen sólo el papel que les corresponde. Si el Presidente de la República le asigna una función a alguien, debe ejercerla estrictamente en atención a la norma que define el puesto y no pretender ir más allá en base a un protagonismo excesivo. Con el agravante, de que uno u otro actor, en vez de reconocer cuando alguien se pasa, en nombre de una solidaridad partidaria, apoya lo que está mal. Así no se juega al poder. Moderación y cautela. ¿O es que se han vuelto locos?
DAN DE QUÉ HABLAR
elcaribe.com.do
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