Monseñor Agripino Núñez Collado, presidente del Consejo Económico y Social y representante de la iglesia Católica
Reverendo Jorge Alberto Reynoso, pastor evangélico
Pedro Brache, presidente del Consejo Económico de la Empresa Privada-Conep
José Luis Corripio Estrada, empresario privado
Gabriel del Río Doñé, secretario general de la Confederación Autónoma Sindical Clasista
Servio Tulio Castaños Guzmán, vicepresidente de la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus)
Persio Maldonado, presidente de la Sociedad Dominicana de Diarios
Celso Marranzini, exvicepresdiente de la Corporación de Empresas Eléctricas Estatales-CDEEE
César Sánchez, exadministrador general de la CDEEE
Jaime Aristy Escuder, economista.
El escandaloso caso Punta Catalina: Irregularidades de la licitación internacional que favorecieron a Odebrecht
La vicepresidencia de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales(CDEEE) desarrolla actualmente una actividad publicitaria para darle brillo al nombramiento de una comisión especial que designó para encargarse de todas las licitaciones de esa empresa. Es una forma elegante de lavar la cara a lo que ha representado nacional e internacionalmente la desastrosa conducción de la licitación que culminó con la declaración de oferente adjudicataria a la compañía monopolista brasileña Odebrecht.
El país entero, en contrapartida, ya sabe que dicha licitación fue personalmente conducida por el vicepresidente, a la cual integró empleados subalternos de CDEEE; conducción que hizo con especial empeño con respecto a la asesoría de la empresa consultora Stanley Consultants, contratada por una suma acumulativa gradual ascendente a más de sesenta millones de dólares.
El consorcio Gezhouba-Impe, declarado oferente descalificado en la fase técnica de la licitación, mediante maniobras poco inteligentes que excluyeron a dicho consorcio en la fase económico-financiera, como lo hizo efectivamente, persigue la reestructuracion del proceso de licitación por vía del Tribunal Superior Administrativo, ya que entiende dicho consorcio que se trató de una descalificacion producto de innumerables irregularidades.
Que tenga éxito o no dicho consorcio, en la audiencia que celebrara la Suprema Corte de Justicia el día 12 de agosto próximo, es una cuestión secundaria; lo importante es que ya el pueblo dominicano, con el escándalo Petrobras en Brasil, ha percibido que al consorcio Gezhouba-Impe se le despojó de la oportunidad de llegar a la fase económico-financiera de dicha licitación. Este consorcio hizo la oferta más ventajosa para el país, esto es, construir una EPC termoeléctrica de dos unidades que producirían 660 MW a carbón mineral por la suma de 900 millones de dólares y aportando y avanzando el crédito de un banco estatal chino, por lo cual el país no se vería obligado a tomar prestado al Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES), ninguna suma de dinero, a una tasa de 5%, ofertando un megavatio en el precio promedio mundial de 1.3 millones de dólares, mientras Odebrecht lo ofreció a 3.7 millones de dólares el mismo megavatio; ¡algo totalmente absurdo!.
El hecho de que Odebrecht presentara un plan económico-financiero de 2,040 millones de dólares sin financiamiento propio, en bonos redimibles a diez años y a un 5% de interés, es una gran pérdida para la República Dominicana, ya que la deuda externa dominicana asciende actualmente a más de 45 mil millones de dólares, suma que equivale a más del 17% del producto interno bruto (PIB).
Cuatro empresas fueron precalificadas, pero solamente Odebrecht llegó a la fase de cierre u ofertas económicas , lo cual constituyó una maniobra realizada mediante tráfico de influencia por la administradora contratada para dirigir la licitación, a saber, Stanley Consultants, que orientó el proceso licitatorio en todos sus aspectos de manera aviesa para sacar del mismo al consorcio Gezhouba-Impe y a las demás entidades que presentaron ofertas técnicas, resultando que en la fase de cierre u ofertas económicas Stanley Consultants acomodó los resultados del proceso de escogencia para que resultara gananciosa única y especialmente dicha empresa monopolista brasileña.
En fecha 24 de julio 2013, CDEEE y Stanley Consultants publicaron las bases de licitación para las fases de ofertas y cierres, que fueron cumplidas por el consorcio Gezhouba-Impe, que presentó su programa u oferta de financiamiento por la suma de 900 millones de dólares, mientras el consorcio brasileño presentó oferta económica sobrevaluada en más de 1,040 millones de dólares, en un total de 2,040 millones de dólares.
Supuestamente Gezhouba-Impe recibió una puntuación miserrima de 34.9 puntos en la fase técnica, maniobra destinada a impedir que llegara la empresa china y la dominicana a la última fase de la licitación, que es la fase económica.
El plan económico sobrevaluado de Odebrecht incluye partidas absurdas, incomprensibles e irracionales, como por ejemplo 80 millones de dólares para refrigerios y dietas; y 122 millones de dólares para alquilar grúas y equipos de levantamiento y transporte de materiales. Basta leer dicha propuesta para cualquier observador darse cuenta de que tal situación representa extorsión y estafa multimillonaria contra el Estado Dominicano.
Cuatros plantas a carbón mineral en vez de dos
Con el monto que propone Odebrecht en la fase de cierre económico-financiero de la licitación, a saber, 2,040 millones de dólares, se podrían construir cuatro plantas a carbón mineral de 337 megavatios cada una, con las mismas tecnologías y especificaciones técnicas; y la misma garantía ofertada por las otras empresas licitadoras; asumiendo el costo propuesto por el emporio Gezhouba-Impe, dichas plantas tendrían un valor de 1,800 millones de dólares las cuatro, quedándole una diferencia de 240 millones de dólares al Estado Dominicano.
Y tal resultado seria una realidad y no un sueño, pues un megavatio instalado de las plantas de carbón mineral ofertadas por el consorcio Odebrecht, asciende a un valor de 3.4 millones de dólares; mientras que este mismo megavatio, como dijimos, ofertado por las compañías Gezhouba-Impe, tiene un valor de 1.3 millones de dólares. Esto hace una diferencia notoria entre los costos de construcción propuestos por unos y otros, es decir, que mientras Odebrecht construye dos plantas termoeléctricas, el emporio chino-dominicano construye cuatro plantas, ofreciendo su propio financiamiento, y con el mismo resultado de producción.
Las puntuaciones alcanzadas por las concursantes precalificadas, y luego la calificación de la oferta de Odebrecht como semifinalista y luego adjudicataria, según comunicación del 23/10/13, de Stanley Consultants, firmada por su vicepresidente Senior Stevens, se establecen en uno de sus párrafos los “motivos” de las descalificaciones explicando que hubo “problemas” causados por la legibilidad de algunos dibujos de los oferentes, y en algunos casos “traducciones incorrectas” que causaron dificultades para “evaluar” las propuestas…
El comité de licitación asesorado por Stanley Consultants, no dio oportunidad a ninguna de las precalificadas para subsanar dentro de los plazos reglamentarios, los problemas secundarios aludidos, por lo cual no eran más que un simple pretexto.
Estos manejos cuestionan seriamente la transparencia de la licitación internacional aludida. En las intimidades de la evaluación de las bases fase de ofertas no económicas, Stanley Consultants condujo la licitación al terreno de las descalificaciones técnicas para justificar el análisis único y exclusivo de la ofertante Odebrecht, que quedó sin competencia para la fase de las ofertas económicas; por ende quedó como semifinalista para la escogencia de la “mejor” oferta económica, que fue supuestamente la de Odebrecht, que no contempló el financiamiento mínimo requerido, ascendente a un monto equivalente al 80% de la oferta económica. Inclusive, hasta en este último punto las irregularidades fueron grandiosas y notorias.
Las irregularidades y manejos aludidos son responsabilidad de la operadora Stanley Consultants. Esta empresa recibió un contrato fastuoso de mas de sesenta millones de dólares de parte de la CDEEE, para organizar un proceso administrativo para elegir el mejor ofertante, y ello se observa con la simple lectura de las resoluciones vigésima y trigésima dictadas supuestamente por el comité de licitación, pero redactadas y manejadas por StanleyConsultants.
En el texto de esas resoluciones se observan claramente las puntuaciones y descalificaciones de las empresas precalificadas; y luego más adelante descalificadas en las bases fase de ofertas no económicas; por lo cual no hubo oportunidad para que pudieran subsanar supuestos motivos triviales de descalificacion en la fase técnica.
Ángel Moreta
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