El crecimiento es uno de los más altos de América Latina, pero la pobreza no se redujo mucho. Y la educación todavía está poco valorada
La necesidad de cambiar el modelo de desarrollo y para distribuir mejor los beneficios del crecimiento es uno de los pocos puntos en que los candidatos están de acuerdo en las elecciones presidenciales del 20 de mayo en la República Dominicana. Detrás de las playas bordeadas de cocoteros que atraen a cuatro millones de turistas cada año, más del 40% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza. La pobreza apenas ha disminuido, aunque la tasa de crecimiento del país se encuentra entre las más altas de América Latina y el Caribe durante veinte años (4,5% en 2011).
La tasa de mortalidad infantil y la exclusión escolar se encuentran entre las más altas de la región. Centro importante para la cocaína sudamericana que va hacia Europa y América del Norte, la República Dominicana enfrenta un aumento de la delincuencia. La corrupción de muchos jueces genera la impunidad de los criminales, que a menudo se benefician de la complicidad de los agentes de policía.
El arquetipo de la corrupción
Las desigualdades han aumentado entre las masas empobrecidas del campo y de los barrios marginales, y la casta relacionada con el poder, que suele exhibir sus riquezas mal habidas. En el centro de un escándalo de corrupción que se ha extendido a Haití, Panamá y Perú, el senador Félix Bautista es el arquetipo de esta acumulación vertiginosa. Sin dinero, dieciséis años atrás, por su cercanía al presidente Leonel Fernández está ahora a la cabeza de una fortuna cuya cantidad él dice ignorar.
Las acusaciones de corrupción, de la compra de dirigentes de la oposición y la denuncia de conspiraciones imaginarias basadas en escuchas telefónicas ilegales han marcado la campaña, en medio de caravanas que compiten en decibeles. El Partido de la Liberación Dominicana (PLD, centro-derecha, en el poder) y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD, socialdemócrata) no cesan sus acusaciones mutuas de llevar a cabo una “campaña sucia”, donde “bombas fétidas” han sustituido la presentación de programas.
En este juego, el candidato del PLD, Danilo Medina, se ha beneficiado de los recursos del Estado y el apoyo activo del presidente Fernández, que ha intensificado las inauguraciones de carreteras recién pavimentadas. Fernández, no puede presentarse a un tercer mandato ‒ha sido presidente en tres ocasiones, 1996-2000 y 2004-2008 y 2008-2012‒ e impuso a su esposa, Margarita Cedeño de Fernández, como candidata a la vicepresidencia por el PLD. Gracias al gran presupuesto de su “Oficina de la Primera Dama”, la candidata se ha construido una base de popularidad fundamentada en su ayuda a los más pobres.
El desequilibrio de los recursos a favor del partido en el poder ha sido documentado por la organización Participación Ciudadana. En enero de 2012, el PLD había gastado 69,72% de los aproximadamente 59 millones de pesos (1,2 millones de euros) invertidos por el resto de los partidos en la compra de espacio en la televisión, la radio y los periódicos. El PRD quedaba lejos detrás con 20,28%, y el resto se repartía entre pequeños grupos alternativos. Estas cifras no incluyen las decenas de miles de carteles color púrpura, el color del PLD, desplegados en las zonas rurales más remotas. Ni la compensación por parte del partido en el poder a cientos de periodistas para que canten las alabanzas al presidente Fernández y su candidato.
Danilo Medina se enorgullece de desarrollar una campaña “limpia”, con la promesa de “continuar lo que está bien, corregir lo que está mal y hacer lo que nunca se ha hecho”. La Fuerza Nacional Progresista (FNP), aliado de extrema derecha, se ocupa de la “campaña sucia”. Fundada por el abogado Vinicio “Vincho” Castillo, uno de los asesores más cercanos del presidente Fernández, este pequeño grupo ha hecho de la lucha contra la inmigración haitiana su caballo de batalla.
Preocupado por su imagen internacional, Leonel Fernández mantiene un discurso de modernizador ante las múltiples personalidades que recibe en su Fundación Global de lujo (FUNGLODE). Financiado en medio de una gran opacidad por los banqueros y los empresarios, la Fundación compite con las universidades. En sus numerosos viajes al extranjero, el presidente Leonel Fernández ha firmado contratos a beneficio de FUNGLODE, como si se tratara de una institución estatal.
Un informe de Jacques Attali
El señor Fernández había solicitado en 2010 un diagnóstico de la situación del país a Jacques Attali, quien apeló a una docena de expertos. Según el diario El Nacional, Attali facturó un millón de dólares, por su documento de 143 páginas que sintetiza los datos de varios informes de organizaciones internacionales y locales. Sus recomendaciones para luchar contra las desigualdades, las deficiencias en la salud y la educación, la inseguridad, la impunidad, la falta de confianza en las instituciones o el clientelismo, apenas han tenido efecto un año después de su publicación.
En su discurso con motivo de la fiesta nacional, el 27 de febrero de 2012, el presidente Fernández elogió la estabilidad macroeconómica de su gestión y la afluencia de inversiones extranjeras (US$2,4 mil millones en 2011). Se alegró de ver desde su helicóptero, como Santo Domingo parecía “un Nueva York chiquito”. Esta comparación le ha valido las críticas de sus oponentes, quienes le aconsejaron regresar a la tierra para que observe la miseria de los barrios pobres y la falta de cloacas a los pies de las torres construidas por los haitianos indocumentados.
Fernández contrasta su “gestión responsable” con la violenta crisis económica, provocada por el fracaso de tres bancos, que marcó el final del mandato del candidato de la oposición, Hipólito Mejía, en el poder de 2000 a 2004. Este contraste hace eco en su red internacional. El influyente columnista del mundo hispano, el ex ministro venezolano Moisés Naim criticó el “populismo y el machismo” de Hipólito Mejía.
Si él hubiera visitado la República Dominicana, poco antes de Navidad, el señor Naim hubiera visto el espectáculo de mujeres mayores de edad que se empujaban al intentar llegar a una de las cajas de alimentos distribuidos por el gobierno del presidente Fernández. La distribución de 1,2 millones de cajas le cuestan 1,350 millones de pesos (27 millones de euros) al Tesoro público. Más de un millón de familias pobres recibe un estipendio mensual de 700 pesos (14 euros) a través de la “tarjeta Solidaridad”. La oposición dice que los beneficiarios que no voten por el candidato del PLD estarán en riesgo de perder la tarjeta.
La hipertrofia de la administración pública es otro ejemplo de nepotismo. El Ejecutivo dominicano tiene 334 viceministros. La República Dominicana mantiene 384 diplomáticos en los Estados Unidos, más que Brasil o de que los que tienen seis países centroamericanos juntos.
Leonel Fernández parece ser el heredero de Joaquín Balaguer: modernizó el clientelismo político del viejo caudillo conservador que gobernó la República Dominicana durante casi un cuarto de siglo, después del asesinato del dictador Rafael Leonidas Trujillo, de quien fue un siervo fiel. Como Balaguer, Fernández ha invertido en grandes proyectos, como carreteras o el metro en la capital, que han sido fuentes de enriquecimiento para los cercanos al poder, en lugar de invertir en la educación o en la salud.
El otro lado del innegable “milagro económico” aparece en la clasificación establecida por el Foro Económico Mundial en Davos. La República Dominicana es uno de los países peor evaluado en términos de calidad de la educación, corrupción y despilfarro de dinero público.
Jean Michel Caroit
Le Monde
Corresponsal en Santo Domingo
Traducido por: Acento.com.do
http://www.acento.com.do/index.php/news/16410/56/Le-Monde-destaca-corrupcion-RD-y-uso-de-los-recursos-publicos-en-la-campana.html