SACRILEGIO
Por dos de 30 ni por tres de 20
Al presidente de Uruguay José Mujica, persona a la cual tengo un gran respeto pero quien es muy lengua suelta se le chispoteó llamar vieja a Cristina Fernández vda. Kirchner, la actual presidente de Argentina.
Veo en Cristina Fernández a una triunfadora, presidenta de un gran país que democráticamente la eligió y que dignamente los representa.
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Política y abogada de profesión, madre de dos hijos y próspera económicamente por su talento e inteligencia.
La elegancia de la presidenta argentina jamás pasa desapercibida, una mujer moderna, coqueta, que se preocupa por su figura personal y la honorable representación de su alta investidura.
Con el permiso de su supuesto novio español (dicen que es un juez), veo en Cristina a una mujer interesante y atractiva para cualquier hombre con los pies bien puestos sobre la Tierra.
A pesar de que me lleva unos cuantos años no dudaría en invitarla a cenar y enviarle una caja de bombones y su respectivo arreglo de rosas rojas.
Me encanta su garbo, su seguridad y fino porte.
Para los gustos se hicieron los colores, a mí me atrae la piba, más que Lionel, Diego Armando y Francisco juntos.
Son unos de los 60 años libra por libra que mejor lucen en toda América Latina.
Llamar vieja a Cristina Fernández es un sacrilegio, si esta chica fuese mi compañera no la cambiaría por dos de 30 ni por tres de 20.
Marihal / Desde La República Dominicana