Todo el que ha leído aunque sea un poco sobre el régimen de Rafael Leónidas Trujillo Molina y la metodología que se utilizaba para lamerle el c... al Perínclito Barón de San Cristóbal encontrará muchas semejanzas en esta genuflexa carta que envía el propietario del Banco Central de la República Dominicana, Héctor Valdez Albizu, al expresidente Leonel Fernández. Ganas de vomitar dan estos pachucos de la cleptocracia gobernante.
Jeannelle Koss / DLRD
Santo Domingo,
16 de febrero de 2015
Doctor Leonel Fernández Reyna
Ex Presidente de la República y Presidente del Partido de la Liberación Dominicana
Ciudad.
Apreciado Presidente y amigo:
Cúmpleme dirigirme a Usted, muy respetuosamente, en ocasión de expresarle mi más profunda solidaridad en estos difíciles momentos en que personas descalificadas moral y legalmente por ser parte del crimen organizado, están tratando de cuestionar su recia honestidad, forjada a lo largo de su brillante carrera política y su fructífera vida pública.
Señor Presidente, habiendo trabajado a su lado doce años, durante los cuales me honró con la gran oportunidad de servir a nuestro país desde la Gobernación del Banco Central, puedo dar fe y testimonio de su correcta práctica como funcionario, de su apego a la ética, su honestidad y su gran profesionalidad.
Debo expresarle que, en esas oportunidades en que fui uno de sus más cercanos colaboradores, me sentí altamente complacido por su alto sentido de la responsabilidad y sus desvelos por brindar a nuestra población, sobre todo a los sectores más necesitados, oportunidades de desarrollo y bienestar, colocando además a nuestro país en posiciones cimeras en el acontecer político, social y económico de la región.
He sentido, además, la satisfacción de haber pertenecido a un formidable equipo de trabajo, encabezado por un líder de su estatura, con envidiable capacidad intelectual, gran prestigio nacional e internacional y profunda sensibilidad humana.
La sociedad justa y consciente, esa que le está dando un espaldarazo moral a su persona y trayectoria, tiene muy claro sus valiosos aportes a la República Dominicana y aprecia en todo lo que vale el importante rol que Usted desempeña en nuestra sociedad.
Siempre he sido un convencido, por mi formación cristiana, de que la verdad, tarde o temprano, sale a flote; sólo hay que dejar que el tiempo ponga las cosas en su lugar, como expresara el Presidente de los Estados Unidos Abraham Lincoln: “podrán engañar a todos durante algún tiempo; podrán engañar a alguien siempre; pero no podrán engañar siempre a todos, porque la verdad resplandece”.
Todo depende de la paciencia y la tolerancia con que se asuman las malquerencias y la intención de hacer daño. Esta infamia, atizada por voces interesadas, trocará, como debe ser, en un fortalecimiento de su buena imagen y prestigio; porque estas calumnias no serán más que eso: un intento fallido por restarle sus innegables méritos obtenidos en buena lid durante su vida pública y privada, de los que nos sentimos orgullosos todos los dominicanos.
Pienso que estas fabulaciones y mentiras deliberadas no pueden, bajo ningún concepto, seguir distrayendo la atención de los hombres y mujeres más sensatos de nuestra sociedad, mucho menos de una persona como Usted, que prestigia al país como estadista y como intelectual.
Estoy más que seguro, Señor Presidente, que Usted saldrá airoso de esta enojosa situación, pues como dijo el gran pensador y político estadounidense Thomas Jefferson: “El hombre que no teme a las verdades nada tiene que temer a las mentiras”.
Extienda, por favor, mis respetos a su distinguida esposa, la doctora Margarita Cedeño de Fernández, Honorable Señora Vicepresidenta de la República, a sus hijos, Nicole, Omar y Yolanda América, así como a su venerable madre, doña Yolanda, pilar importante en su vida, afectados igualmente por este afán de descrédito; para ellos, mi deseo de que este mal momento sea compensado por los cientos de momentos felices que estoy seguro vivirá su hermosa familia en el futuro inmediato.
Con renovados sentimientos de amistad y estima, reciba mi solidaridad, la de mi esposa y toda mi familia.
Muy atentamente,
Héctor Valdez Albizu
Gobernador del Banco Central