El CES funciona como un condón con fecha de expiración vencida
Apenas siete semanas atrás, el presidente Danilo Medina convocó de urgencia al Consejo Económico Social (CES) para que conociera e hiciera recomendaciones sobre el proyecto de presupuesto correspondiente al año 2013. Sorpresivamente, el proponente pospuso el encuentro sin que se dieran razones atendibles luego del llamado de apremio.
Aprovechando la pausa, algunos analistas advirtieron que ese Consejo Económico Social, creado por Leonel Fernández en su segundo gobierno, era una coartada para aparentar que se hacían consultas a la sociedad en la toma de decisiones importantes. Presagiaban que había que cuidarse de no ser usado como tonto útil de los afanes recaudadores del gobierno.
En 2005, el CES recomendó al presidente Fernández que no construyera el tren subterráneo, apodado Metro, sino que se llevaran a cabo las soluciones de superficie propuestas por otros técnicos. Aquellas eran mucho más económicas y factibles en un país atrasado. Pero el Mandatario le hizo “el caso de los perros” a esa opinión. Construyendo el Metro gastó no solo el dinero presupuestado para salud, educación y cultura, sino que endeudó el país hasta lo increíble. Esto condujo a que un grupo de funcionarios se enriqueciera atropelladamente al tiempo que estimulaban el narcisismo presidencial. Esa mega obra demostró ser muy diferente a lo que habían pregonado sus promotores para lograr la aprobación. El fracaso lo veían venir hasta los ciegos. Sin argumentos para defender las barbaridades a la vista, la defensa de los propulsores del tren urbano establecieron la premisa de que, ya que se había iniciado la construcción, había que continuarla o el Estado dominicano quebraría. Falaz mentira que, como hoja de parra cubría la pequeñez de su honor. Comprobado el fracaso de ese afán de convertir la capital dominicana en “un New York chiquito” se han visto obligados a subsidiar la tarifa de ese tren hasta el 93% de su valor. Además, tuvieron los timbales de iniciar la construcción de una “segunda línea del Metro” mientras, a escondidas, diseñaban una tercera aventura de esas que se le ocurren a Diandino Peña, “alter ego” de Leonel Fernández. El Consejo Económico Social advirtió el fracaso de esa aventura en 2005, pero Leonel no hizo caso porque allí estaba la base de la fortuna que le permitiría mantenerse eternamente en el poder.
Ahora, en 2012, cuando se vuelve a convocar al CES para que conozca y opine sobre la séptima reforma fiscal de estos peledeístas, se repite la desagradable historia de siete años atrás. El organismo de la sociedad civil recomienda que se reduzca sensiblemente el gasto gubernamental en cuestiones que no afectarían el crecimiento económico. Esta recomendación, como la de 2005, fue producto de estudios profundos realizados por especialistas en cuestiones presupuestales y Constitucionales. Pero los funcionarios del gobierno de Danilo Medina, que son los mismos que actuaron junto a Leonel Fernández cuando rechazaron la construcción del Metro, declaran como inaceptable que se trate de disminuir el chorro de la fuente de donde ellos han extraído sus enormes fortunas. ¿Rebajar el gasto gubernamental? ¡Jamás! Ante esa propuesta, los principales funcionarios del gobierno actual descalificaron al CES como estamento donde podría analizarse la conveniencia o no del braguetazo fiscal.
Otra vez el Consejo Económico Social, con monseñor Agripino Núñez Collado todavía a la cabeza, funciona como un condón cuya fecha de expiración está vencida. No induce placer y preña. El pueblo tendrá que disminuir su nivel de vida para que el grupo corporativo gobernante, llamado Partido de la Liberación Dominicana, siga enriqueciéndose hasta el asco. El desenfreno clientelista electorero y el lavado de dinero mal habido resultan indetenibles por las buenas.
Gracias al desenfreno del gasto público que hemos presenciado desde ocho años atrás, leemos en el periódico El Caribe del miércoles 17 de octubre de 2012 un titular que dice: “Servicio (de transporte) de la OMSA colapsa en Santiago”. Simultáneamente, encontramos en otros medios la noticia de que a la segunda línea del Metro el gobierno le asignó mil millones de pesos. El estilo de este grupo gobernante incluye entorpecer las soluciones factibles de bajo costo y lanzarse al desenfreno del gasto para seguir enterrando las pruebas que podrían ayudar a sacar cuentas sobre la corrupción y las improvisadas prácticas constructivas.
Hamlet Hermann
Dibujo: Wilson Morfe
Hoy Digital.com.do
http://hoy.com.do/opiniones/2012/10/21/451504/El-CES-como-coartada
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