El Tribunal Constitucional
Si añadimos el tiempo que se ha quedado en el poder y el que se quiere quedar, da un resultado de conflictos, errores y remiendos de las estructuras del Estado.
El Tribunal Constitucional fue traído por los moños por el Presidente del país, del PLD y de Funglode para hacerse el estadista internacional, el legalista y el novamás de la modernidad.
Ahora que el tribunal es una realidad, choca con sus intereses presentes y futuros, por lo que hay que ningunearlo y hacerlo lo más inorgánico posible. Mientras tanto, van a marear a la gente hasta que consigan hacer una entelequia infuncional y dirigida por uno más de sus títeres, al igual que los que tiene en el Senado, en la Cámara de Cuentas, en los ministerios y en mucha de la “prensa independiente”.
Parece que el gran escollo es que el Tribunal Constitucional pueda revisar la sentencia de la Sun Land, una sentencia de vergüenza, evacuada, nunca mejor dicho, y defendida por el actual enemigo del Tribunal Constitucional, Jorge Subero, quien ha llevado la voz cantante y ha “advertido” a los representantes del Poder Legislativo sobre lo que deben hacer.
Porque ahí no hubo sentencia, lo que hubo fue un desentenderse para proteger y protegerse, lo cual la hace una sentencia espuria y atacable. Aunque el artículo 277 constitucional excluye sentencias ya emitidas, siempre hay un hueco legal cuando se cometen atrocidades como la de la Sun Land.
Las declaraciones del ministro de la Presidencia de “asunto cerrado” a la solicitud del Cardenal para que los legisladores se asesoren, chocan de frente con sus mismas declaraciones cuando dice que “ese organismo fue analizado por los mejores especialistas del país cuando se discutía la nueva Constitución de la República, por lo que no es necesaria la asesoría”.
Pero sucede que esos especialistas que lo analizaron son los que no están de acuerdo con que se haga como lo aprobó el Senado.
Adriano Miguel Tejada y Jorge Prats son dos ejemplos de los sabios y serios especialistas que analizaron la pieza y que no están de acuerdo con que se apruebe como quieren los del Gobierno.
Los artículos 184 y 185 son clarísimos sobre cuál es la competencia del Tribunal Constitucional, y eso hace que Jorge Subero pierda su creencia y andares de Gran Faraón.
Estamos creando un monstruo legal de demasiadas cabezas: Congreso, Suprema, Tribunal Constitucional, Defensor del Pueblo, ProConsumidor, Cámara de Cuentas, JCE, y todas esas cabezas para proteger una sola, que más temprano que tarde caerá.
Fernando Casanova y Llaca
elCaribe
http://www.blogs.elcaribe.com.do/articulistas/articulista-invitado/7178-el-tribunal-constitucional-.html
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