El perro arrepetido.
Por ello, aunque la caída estaba anunciada, hoy quiero volver a hablar de la Ley de Educación 66-97, que establece que se destine el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) o el 16% del Presupuesto, el que fuere más alto de los dos, al Ministerio de Educación.
Y vuelvo al tema, como el perro arrepentido, llamada por la indignación que me provocó la noticia de que el Gobierno gravará con un peso el galón de los combustibles para cumplir con las demandas de los choferes y transportistas.
De esta manera, y aunque la responsabilidad es suya y no nuestra, el presidente Leonel Fernández cumple con las promesas que le hizo a los bien bautizados “dueños del país” el 14 de enero pasado, cuando los choferes y transportistas anunciaron que aumentarían los pasajes.
Al margen de que nosotros tendremos que gastar más dinero por un aumento que de todas formas irá (subir los combustibles es directamente proporcional al alza de todo), es doloroso ver cómo Leonel atiende el reclamo de los necios del transporte en seis días pero es incapaz de hacerlo con quienes duraron meses reclamando el 4%. Él dirá que dio -prometió, en realidad- RD$5 mil millones más a Educación. Yo habría apostado a que cumpliera con la ley. En ese caso no me importaría que subieran los combustibles. Pago con gusto por mejorar la educación. Jamás porque me cojan de pendeja.
Marien Aristy Capitán
Hoy.com
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