En la República Dominicana el conservadurismo ha operado como una fuerza que no sólo se opone a los cambios, sino que también abraza los intereses de las élites locales e internacionales.
En la República Dominicana del siglo XIX, los conservadores se constituyeron en defensores de las ideas del tutelaje político, ya sea con la anexión o el protectorado de alguna fuerza extranjera, siempre y cuando dicha fuerza no fuera Haití. España, Francia y Estados Unidos eran sus preferidas, teniendo entre sus principales representantes a Pedro Santana y Buenaventura Báez.
Pedro Santana, quien en 1861 concretó la anexión de la recién fundada República a España, saboreó la amargura de ser tratado como un funcionario público de segunda por las autoridades españolas. Mientras Buenaventura Báez intentó lograr el protectorado de Francia; habiendo recibido la negativa de los franceses, colocó sus ojos en Estados Unidos.
El legado de estos dos personajes a la historia política dominicana fue la pérdida de la soberanía, así como el saqueo de las arcas del Estado, ya que Báez, además de anexionista impenitente, fue un ladrón. En su último gobierno (1876-1978), estafó a los comerciantes locales con setenta mil pesos (RD$70,000.00), dinero que depositó en una cuenta personal en Puerto Rico, a donde se dirigió exiliado.
Hoy el conservadurismo, a pesar de estar vestido con ropajes nacionalistas, en realidad sigue operando en contra del pueblo dominicano, por lo que resulta fácil identificar a los Pedro Santana y Buenaventura Báez de hoy: sus acciones hieren constantemente las esperanzas de una mejor vida de las mayorías de este país y blindan los privilegios de las élites económicas, locales y transnacionales.
Para encontrar a los Pedro Santana y Buenaventura Báez de hoy solo hay que preguntarse quiénes lograron enormes riquezas a velocidades meteóricas luego de haber ocupado un puesto en el Estado; quiénes se oponen a que el sistema judicial investigue a los sindicados como ladrones de los recursos públicos; quiénes han hecho contratos “modélicos” en los que regalan los recursos naturales del país; quiénes apoyan que las mujeres mantengan un embarazo aunque esto les cueste la vida; quiénes se oponen a que se imparta educación sexual en las escuelas públicas, mientras sigue creciendo el embarazo entre las adolescentes, quiénes han desnacionalizado a José Francisco Peña Gómez.
Solo cuando se aprenda a identificar a los Pedro Santana y Buenaventura Báez, se encontrará a los Juan Pablo Duarte de hoy.
Olaya Dotel
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