Prudencia
Las navidades alrededor del mundo se celebran de diferentes formas y maneras. Es la temporada del año que más incide en el ánimo social en todas las edades. Es tiempo de compras, de regalos, de fiestas, bebederas y comilonas.
A algunos les invade la nostalgia de su niñez, otros, reflexionan y recuerdan a sus seres queridos que ya no están y los más, se divierten desenfrenadamente.
Es un espacio de tiempo de familia, de amigos y de conocer nuevas personas.
Tiempo de visitar a los padres, de compartir con los hijos o de saludar a viejos conocidos.
Cuando uno es joven cree que todo lo sabe y desea llevarse el mundo por delante, los que han vivido muchos años son testigos de que los que no han sido prudentes ya no están o han quedado con lesiones permanentes.
Nadie aprende en cabeza ajena. Pero nunca está de más advertir que los excesos no son buenos y que tampoco tienen un final feliz.
No vale la pena desafiar el peligro, aceptar retos que pongan en riesgo la integridad física ni tratar de ser el héroe de la película.
- Evitar confrontaciones con graciosos y payasos evita un incidente de graves consecuencias.
- Comer en exceso trae sus penalidades posteriores, sea de estética o de salud.
- Tomar bebidas alcohólicas fuera de los estándares, hasta ahora nadie ha demostrado que sea beneficioso en nada.
- Manejar vehículos de motor después de tomar alcohol es riesgo de muerte para el que lo hace y para otros.
- Tener o portar un arma de fuego es una invitación a la violencia y tentar al Diablo.
Cada quien sabe lo que hace y cómo lo hace, yo, no más doy el consejo.
¡Feliz Navidad!
Marihal / Desde La República Dominicana
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