Un juez en pie de lucha
Como no hay otra manera de decirlo no voy a perder tiempo con eufemismos, aunque se pongan bravitos los que siempre se oponen a que las cosas sean llamadas por su nombre: la crisis de la justicia, puesta en evidencia con la denuncia de que existe una “mafia” integrada por jueces que supuestamente vendían sentencias favorables, ha entrado en una nueva fase con la denuncia del degradado juez Rafael Ciprián de que ha sido víctima de retaliación, por parte del Consejo del Poder Judicial (CPJ), por negarse a cambiar los resultados de las elecciones del Colegio de Abogados de la República Dominicana (CARD), en las que resultó derrotado el candidato auspiciado por el PLD.Esta nueva fase de la crisis, también hay que decirlo sin rodeos, resulta mucho más preocupante, pues si lo que el magistrado Ciprián denuncia fuera verdad quiere decir entonces que el CPJ ha degenerado en un instrumento al servicio del partido de gobierno.
Y aunque esa era, en esencia, la intención de quien se propuso “peledeizar” las llamadas altas cortes, el entonces presidente Leonel Fernández Reyna, el engendro se ha salido de control, pues no se suponía que el narcotráfico y el crimen organizado terminaran beneficiándose también, ni que la manera sesgada como han manejado las acusaciones de corrupción contra exfuncionarios peledeístas terminaría minando la credibilidad de los ciudadanos en todo el sistema de justicia.
Del tema habrá que seguir hablando, pues el magistrado denunciante, quien ayer elevó un recurso de amparo pidiendo al CPJ la revocación de su traslado del Tribunal Superior Administrativo hacia la Corte de Trabajo del Distrito Nacional, ha dicho que luchará hasta el final para que la independencia y la dignidad de los jueces sea respetada, por lo que agotará todas las acciones que el sistema jurídico pone a su disposición. “Es hora de que digamos ya basta a una justicia encadenada y narigoneada”. Que así sea.
Claudio Acosta
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