"El procurador de la República, Francisco Domínguez Brito, consideró hoy que la decisión de enviar a prisión preventiva a los jueces Awilda Reyes Beltré y Francisco Arias Valera, es un paso de esperanza y reafirma el compromiso que tiene el Ministerio Público de promover una Justicia más fuerte contra la corrupción".
Esas son sus declaraciones a los medios, la verdad es que Francisco Domínguez Brito fracasó como funcionario y como político. Su figura es repugnante y hace mucho tiempo que debió renunciar a dirigir la Procuraduría General de la República, por incapaz e irresponsable.
Si bien es cierto que los jueces Awilda Reyes y Fernando Arias Valera se han autoimplicado, han confesado haber participado de una mafia judicial que liberaba delincuentes de todas las calañas, aunque por momentos se contradicen, no es nada para que el funcionario judicial celebre ni lo quiera presentar como un triunfo personal ni un gran logro de la justicia.
Cuando debió apelar el No Ha Lugar que emitió la Suprema Corte de Justicia en el caso Félix Bautista no lo hizo, dando lugar a especulaciones de que por acuerdos electorales políticos se desistió de perseguir al senador por San Juan de la Maguana.
Ahora se centra en la persecución de estos dos jueces que eran supuestamente los ejecutivos de la mafia judicial y no en los autores intelectuales y jefes de esa mafia que están en las altas cortes y en el Ministerio Público; en el Poder Judicial. Otros, se saben quienes son y sus nombres han sido citados en los medios de comunicación.
No es que no se le debe juzgar a ambos jueces, es que deben caer también todos los involucrados, que se sabe quienes son, es de conocimiento público quienes lideran las mafias están ahí y su lugar debe ser Najayo, al igual que Reyes Beltré y Arias Valera.
Juan Santos / Desde La República Dominicana
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