Hasta ahora, el PLD había logrado que Félix Bautista fuera "el problema" de Leonel Fernández. Cada vez que el senador levanta victorioso sus brazos y con sus manos dibuja la L, Leonel baja en las encuestas. (Bueno... en todas menos una).
Pero después de la sentencia de Moscoso Segarra algunas cosas han cambiado. Ahora, el caso Félix Bautista es también problema de Danilo, porque el No ha lugar es un problema para el PLD.
La sentencia no convence, porque se interpreta como resultado del blindaje que la Justicia morada ha dispuesto para que el Senador no llegue a juicio de fondo.
"Hay" un juez, "hay" una investigación, "hay" una decisión... pero el juicio siempre se escurre. Y si finalmente lo hubiera, dados estos antecedentes, también se dudaría de la capacidad de la Justicia para actuar sin presiones peledeístas.
Ése es el problema con Bautista. Que aunque la facción del PLD que hoy gobierna sienta profunda antipatía por el senador de San Juan, la idea en la calle es que la Justicia, nombrada y manejada desde el partido morado, no está dispuesta a juzgar a un funcionario con una fortuna inexplicable. (Como mínimo... susceptible de ser analizada con lupa. ¿O no?)
Culpable o inocente, el caso ha logrado romper la frágil confianza que el sistema de Justicia se construía. El PLD se muestra decidido a no combatir la corrupción; el Consorcio tiene demasiado poder político y económico. Se muestra, en todos los sentidos, incapaz de contenerse.
Inés Aizpún
Diario Libre
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