Gallup, Grupo Corripio y Hoy

El descrédito de una encuestadora

En la República Dominicana existe la tendencia entre la población políticamente activa a denostar a las compañías que se dedican a realizar encuestas y sondeos cuando no favorecen al de sus simpatías, es algo tradicional y que va a ser muy difícil de cambiar en la siquis nacional.

El Grupo Corripio tiene contratada a la empresa Gallup desde hace años (1994, si no nos equivocamos) para hacer mediciones de todo tipo, no solo políticas; y sus resultados son publicados en uno de sus medios, el diario Hoy. Lo que se publica en Hoy no es lo que piensa su director, sus ejecutivos ni sus periodistas. No es el deseo ni el sentir del Grupo Corripio, es el trabajo de campo de la empresa Gallup, única responsable de lo que se difunde.

Aclarado esto, pasamos a la Gallup.

La Gallup República Dominicana inició publicándose en el diario El Siglo, siempre presidida por el señor Rafael Acevedo, es su CEO y el encargado de los trabajos de campo desde la instalación de esta empresa en el país. Su razón de ser es conseguir clientes, vender, hacer negocios y dar beneficios a la empresa que representa.

Si bien es cierto que esta encuestadora ha dado buenos resultados en el campo de los negocios suministrando datos confiables, en la parte política con el correr de los años ha perdido casi toda su credibilidad.

Existe la percepción de una asociación de Gallup con el poder establecido desde 2004 en la RD, sus encuestas siempre favorecen al partido en el poder y perjudican a la oposición dando cifras increíbles como una forma de inducción electoral que además sirva de palanca o apoyo para que los árbitros electorales tengan un resguardo a las decisiones y fallos que pudieran emitir en beneficio de sus amos.

Los números publicados en el día de ayer son altamente sospechosos, no porque el Presidente y candidato de la cleptocracia gobernante no pueda tener un 62.6%, sino porque al candidato de la oposición le asignan un 17%. Eso solo se lo creen los que quieran creérselo.

El señor Rafael Acevedo tenía una coartada que le funcionaba a la perfección hasta 2012, decía que, ellos en su empresa lo que hacían era procesar la información que le llevaban sus empleados tomadas de los ciudadanos. En otras palabras, que si sus empleados los estaban engañando no era su culpa. En eso tiene razón el señor Acevedo.

En lo particular 2012 fue el año en que me desengañé de Rafael Acevedo y de su Gallup, en aquel entonces, después de darle una abrumadora mayoría al candidato de la Corporación (lo cual no se reflejó en los resultados electorales), horas antes de las elecciones se retractó y dijo que eso solo era un aproximado y que la gente no debía cambiar su intención de voto por una encuesta.

Para mi en lo particular lo que escuché fue: "Perdónennos, teníamos que hacerlo así, nuestras cabezas están en juego".

Cada vez que la Gallup está inmersa en un sondeo político la pandilla que manda en el país los ubica y nadie sabe qué magia ejercen sobre los encuestadores que se atreven a arrojar datos tan insólitos e increíbles como el de asignarle al candidato de la oposición un 17%, cuando todo el mundo sabe que como mínimo un 40% de los dominicanos respaldan al PRM y a Luis Abinader.

El juego de la Gallup es ya conocido, con el correr de los meses irá equilibrando la balanza y a medida que se aproximen las elecciones el candidato oficialista será vaticinado como vencedor, dándole la base "legal" a la Junta Central Electoral y al Tribunal Superior Electoral para sus veredictos finales.


Jeannelle Koss / Desde La República Dominicana