La abrupta caída de la popularidad del Presidente/candidato era algo impensable hasta hace unos pocos meses atrás. De un 82% de aceptación popular que pregonaba el gobierno que poseía Danilo Medina, ha descendido a menos de un 50% luego de los escándalos de corrupción que se han destapado y la agresiva hostilidad que muestran los funcionarios en contra de quienes reclaman justicia.
La actual administración mantiene la política de los gobiernos peledeístas de no tirar piedras para atrás, ni para adelante ni a los lados. Los ladrones y corruptos, los compadres y amigotes están amparados por el Estado que dominan a plenitud.
Es evidente que el peledeísmo gobernante ha perdido el favor de las iglesias, del empresariado y has ta de la Embajada. Resultan incontables las razones para que los dominicanos no quieran más de los mismo y los reeleccionistas conscientes de esto han precipitado una ofensiva mediática para "hacer creer" que ganan cómodamente las elecciones de mayo de 2016.
A través de sus "bocinas" asalariadas han comenzado a filtrar encuestas de escritorio donde supuestamente el candidato oficialista gana fácil, aumentan los números del partido Alianza País para crearle expectativas y evitar una posible alianza con el partido a vencer, el PRM. Los funcionarios se han dedicado a desacreditar a personajes de la vida nacional que en los últimos tiempos han destapado la inviabilidad de que el PLD siga en el poder, exponiendo públicamente la amoralidad que reina en la sociedad dañando la imagen del país internacionalmente y evitando que la inversión extranjera aspire a radicarse en un régimen donde la delincuencia no tiene consecuencias y la seguridad jurídica no está garantizada para nadie.
El PLD sabe que en estas elecciones está su destino, de perder, le esperan días duros donde tendrán que dar cuenta de una deuda externa impagable y de todas las auditorias engavetadas durante los último 12 años.
La diferencia para estos comicios generales que se celebrarán en seis meses es abismal en relación a pasadas elecciones. El PLD es un partido dividido mortalmente, ya no cuenta con los eficientes servicios de manipulación mediática de la Fuerza Nacional Progresista, el Partido Quisqueyano Demócrata esta vez no va aliado al PLD. Aunque la facción de Quique Antún en el PRSC pacte con el oficialismo, la gran mayoría de los reformistas no votarán por los candidatos morados y como si fuera poco, existe la posibilidad de que Guillermo Moreno y Minou Tavárez Mirabal decidan aliarse al PRM entendiendo que la prioridad nacional es la derrota del peledeísmo.
Preparémonos todos a ver a una Junta Central Electoral totalmente parcializada, dirigida por un miembro del comité central del PLD que sabe muy bien lo que tiene que hacer. Abramos los ojos, la publicidad estatal y todos los recursos del Estado están al servicio de la reelección, incluyendo a la Policía Morada, presta a repartir gas pimienta y palos si bogas o si no bogas.
Observemos con atención el desfile de cajas navideñas, fiestas populares, regalos y amistosos encuentros que veremos desde ahora hasta la primera semana de enero, todo realizado con el dinero de la salud, la educación y las necesidades del pueblo dominicano.
Desde enero de 2016 hasta el día antes de las elecciones el déficit fiscal del año 2012 con el que se compró la actual presidencia parecerá un juego de niños, porque con menos del 50% de los votos no habrá reelección, por lo menos en primera vuelta.
Jeannelle Koss / Desde La República Dominicana
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