Se roban los impuestos. Se roban la luz roja. Se roban el Presupuesto. Se roban las tapas de alcantarillas. Se roban la luz. Se roban los letreros. Se roban el agua. Se roban las estatuas. Se roban las lámparas de las avenidas. Se roban los alambres. Se roban las playas. Se roban las vacas. Se roban las verjas. Se roban las líneas telefónicas. Se roban las calles. Se roban los cadáveres. Se roban los aviones. Se roban los cajeros. Se roban las elecciones. Se roban los bosques. Se roban hasta la madre de los tomates. Se roban lo que ya se robó…Y jure que, si acaso queda algo, también se lo robarán.
Ramón Colombo
Fogaraté
elCaribe
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