Visto y comprobado está que el monstruo creado por la oligarquía y los poderes fácticos es indetenible, indomable e innegociable. Jugaron con candela y se quemaron. Ya no importa qué digan o hagan la Embajada, las iglesias ni el poder empresarial, no escuchan a nadie, son intransigentes, prepotentes, altaneros, arrogantes y despectivos.
Dejaron encampanar al mayor farsante que ha subido al solio presidencial y este degeneró la política y la sociedad a su más putrefacto nivel, engendró otros monstruos que se lo han comido a él y nos come a todos nosotros.
Fueron permisivos, libertinos, consentidores e indiferentes ante gente insaciable, ávidas de poder, dinero y postín. Ahí están las consecuencias, un país secuestrado en todos los niveles del Estado, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.
Y de ñapa, unos medios de comunicación engrasados con el presupuesto de la Presidencia, una Policía represiva y asesina y unos militares arrodillados ante los dueños del sartén y del mango.
No hay escape, no hay salida. Con un pueblo endrogado bajo la teoría personal e individual de que "no quiero problemas", y unos amorales que no necesitan estímulos para hacer y deshacer hay poco que hacer.
Nadie puede con el PLD, esto es hasta 2044 o quizás un poco más allá.
Jeannelle Koss / Desde La República Dominicana
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