Ramón Báez Figueroa.
Saludamos su liberación condicional
Vivimos en un país que acaba de ser reintegrado a la lista de Estados fallidos, ahora mismo, en agosto de 2013. Una década atrás Ramón Báez Figueroa cometió delitos inimaginables para una sociedad inocente como éramos entonces, de allá para acá se instaló en el poder una cleptocracia que nos desvirgó como nación.
Ya muy pocas cosas nos horrorizan. Caminar por las aceras en compañía de 10 o 12 inmigrantes ilegales es cosa común y que el país de esos ilegales nos desconsidere y nos patée, también es normal. Los asaltos, atracos, feminicidios, suicidios y asesinatos son el pan nuestro de cada día.
Ramón Báez Figueroa ha cumplido casi seis años de cárcel. El Banco Central ha dicho que ha llegado a un acuerdo económico con las familias Báez Pellerano/Báez Figueroa, para resarcir los fraudes cometidos por el exbanquero. El mismo Ramoncito ha pedido perdón por los daños causados y ha manifestado arrepentimiento.
En este Estado fallido el Presidente de la República ha dicho que no va a tirar piedras para atrás. Al mayor corruptor que ha tenido la República Dominicana en toda su historia no se le ha podido ni siquiera investigar en un tribunal de justicia, aún teniendo sus acusadores pruebas contundentes que lo enviarían a la cárcel por 30 años y su cuantiosa fortuna le sería incautada para devolverla a su legítimo propietario: El Estado dominicano.
Un exsastre con título profesional y tesis cuestionados ambos, es co-propietario de una de las fortunas más abultada del país, como testaferro o como dueño. Posee aviones y helicópteros privados, compañías multimillonarias y hasta fundaciones para ayudar a los desposeídos, está blindado judicialmente y hasta escribe en diarios nacionales para dictar a los ciudadanos.
Empresarios fulleros, evasores de impuestos y traficantes de sustancias prohibidas han proliferado en estos últimos nueve años. Se sirven con la cuchara grande y sus ingresos mensuales en ventajosos negocios con el Estado alcanzan cientos de millones de pesos y dólares. Contratos onerosos con pingües beneficios en caso de que algún "alocado" se atreva a rescindir dichos acuerdos.
Policías y militares que asaltan extranjeros retirados bajo acusaciones fraudulentas. Altas cortes que prefabrican sentencias dictadas desde fundaciones y hasta se roban los partidos políticos de oposición. Un Ministerio Público que archiva definitivamente expedientes contra los corruptos. Jueces que liberan asesinos y ladrones. Jueces interinos utilizados para fechorías de los grandes y que dictan "no ha lugar".
Ya lo dijimos anteriormente, Ramón Báez Figueroa es un niño de tetas comparado a la mafia que gobierna y dirige Il capo di tutti capi, desde 2004.
Saludamos la puesta en libertad condicional de Ramón Báez Figueroa, sus andanzas han quedado minimizadas ante la mafia, la camorra que dirige este país desde 2004, insistimos en esta fecha, el inicio de nuestra perdición total como nación.
Desde La República Dominicana
Foto: Redes sociales