El cierre informativo impuesto en Libia impide conocer la realidad de la revueltas desde una fuente ajena al conflicto. El régimen de Gadafi ha impuesto un bloqueo que prohibe la entrada a prensa extranjera. Los propios represaliados están siendo los encargados de difundir a través de internet y, especialmente el portal YouTube, para emitir la crudeza de la represión. Las imágenes caseras son el único contrapunto a la propaganda divulgada por el Gobierno libio con manifestaciones en favor del dictador.
Uno de los primeros vídeos colgados presentaba a un niño herido durante las represalias. Demostraba la ferocidad de un Ejército que no se detiene ante nada. La imágen fue rápidamente reverberada por los medios de comunicación. Las imágenes de los bombardeos de ayer también fueron difundidas a través de internet por medio de diferentes vídeos. Sin embargo, todas estas imágenes, procedentes de fuentes desconocidas, tienen que ser tomadas con cautela. Los medios de comunicación, como la cadena panárabe Al Yasira, se nutren de ellos como documentos de información.
Los opositores de Gadafi continúan colgando vídeos para confirmar la masacre. Algunos de especial crudeza [las imágenes de los siguientes vídeos enlazados pueden herir la sensibilidad] muestran cadáveres partidos por la mitad, cráneos reventados o muertos por disparo. Se calcula que el número de muertos ronda los 250.
Los vídeos difundidos por los manifestantes también revelan la participación de mercenarios subsaharianos para sofocar las revueltas. En uno de los vídeos se muestra a [imagen sensible] uno de ellos abatido. Las imágenes colgadas, además, sirven para animar al combate de los propios rebeldes. Por ejemplo, mostrando [enlace con contenido sensible] soldados del Ejército libio calcinados.
El cerrojo de Libia a la información no impide la divulgación de la masacre. Las únicas apariciones oficiales no han conseguido calmar las protestas. Ni la de Saif-Al Islam Gadafi, el posible sucesor del dictador, el domingo; ni, presumiblemente, la fugaz presencia de Muamar Gadafi.
ABC / España
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