La revista Noticias publica hoy un reportaje que, sin duda, hará temblar los cimientos de la Casa Rosada. Elizabeth Miriam Quiroga, la secretaria que acompañó hasta su muerte al difunto Néstor Kirchner, confesó que era su amante y desmintió los rumores que aseguraban que el ex presidente es el padre de su última hija. Lo hizo después de que la jefa del Estado y viuda oficial, Cristina Fernández de Kirchner, ordenase que la despidieran como directora del Centro de Documentación Presidencial.
Conoce los secretos y las intimidades del poder K desde principios de los 90. Primero en la provincia de Santa Cruz, donde Kirchner fue gobernador una década y más tarde en Buenos Aires, donde se instaló en el 2003 con su jefe. Según Noticias, la colaboradora y amante se movía por la Presidencia como Pedro por su casa pero el 5 de enero le cerraron las puertas de golpe y porrazo. La explicación oficial fue que «Cristina (la presidenta) conoció a una militante que le gustó y la quiere sumar a ese puesto». En ese momento, Quiroga sintió que la estaban echando, «como a un perro». En caliente, decidió hablar con los periodistas. Después, se arrepintió pero ya era demasiado tarde. «Es vox populi que era la amante de Kirchner», reconoce ella. «Teníamos una unión muy fuerte. Dejé todo para venirme con él desde el sur, dejé mi familia…», cuenta para explicar su mudanza del Calafate cuando Kirchner ganó la presidencia.
El relato de la mujer, a la revista más descarada de información política de Argentina, incluye una declaración de principios: «Lo mío era como un ministerio de los pobres, un lugar desde el que podía ayudar a la gente, como lo hacía Evita», le asegura a Franco Lindner, el periodista que la entrevistó en tres ocasiones. La esposa del general Juan Domingo Perón, ejerció durante la primera presidencia de su marido de abanderada de los pobres. Su figura y su capacidad de arrastre con la gente, es un símbolo recurrente, -también para Cristina Fernández de Kirchner- dentro del peronismo.
Su hijo no es de Kirchner
«La otra viuda de Kirchner, la dueña de los secretos», como titula Noticias el reportaje a la ex secretaria y amante del ex presidente, niega un rumor que circulaba con insistencia en Argentina. «Los que dicen que mi hija de 11 años es de Kirchner están equivocados. La tuve con un novio que me duró muy poco y le puse mi apellido porque cuando quedé embarazada ya nos estábamos separando». Ante la incredulidad del periodista, la mujer responde: «¡Ojalá fuera de él! Hoy no tendría problemas de plata (dinero)…Algunos llegaron a decir que Néstor me dejó una cuenta en Suiza (risas) ¡Estoy esperando que me digan el número!», bromea en alusión a la inmensa fortuna del ex presidente.
Aviso para navegantes, Miriam Quiroga –el primer nombre no lo usa- desliza comentarios sobre funcionarios que vinieron, «con una mano delante y otra detrás. No tenía la plata que tiene ahora», como Ricardo Jaime, ex secretario de Transporte de Kirchner que ahora enfrente varias causas judiciales. Pero Jaime, un emblema de la corrupción K, no es al único que apunta. También pone la mira en Carlos Zannini, mano derecha de la presidenta y actual secretario Legal y Técnico, «dijo que no hay que nombrar más a Kirchner para no opacar a Cristina. ¡Un disparate!», sentencia.
La revista Noticias observa los peligros de una mujer despechada que tiene «la llave para muchos de los secretos del kirchnerismo». «Si un juez decidiera citarla a declarar en alguna de las causas por corrupción que el Gobierno acumuló a lo largo de su gestión, su testimonio podría ser clave: En paralelo a su trabajo en el Centro de Documentación Presidencial se ocupaba de monitorear cualquier actividad del ex presidente», recuerda. Según una fuente del Gobierno que cita Noticias, «ella era Kirchner. Controlaba todo, era su secretaria de confianza. Si no te llevabas bien con ella tampoco tenías acceso a él».
Carmen de Carlos / Buenos Aires
ABC
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