Ya antes el presidente había ironizado con la clase media dominicana, al cambiar a color amarillo las fundas conque mantiene sus clientes políticos, color del movimiento que reclama el 4% del PIB para el Presupuesto de Educación.
Está seriamente cuestionada y en duda su calidad de bonhomía y de hombre de estado
En la misiva que motiva la creación de nuevas cargas tributarias, el mandatario no resistió la tentación de incluir "para mejorar la educación como reclama la población", que según entendidos es un término indelicado, tomando en cuenta que el gobierno de Fernández en los últimos siete años jamás ha renunciado a sacrificar el gasto dispendioso, cherchoso y dilapidador; de su administración, sino que siempre ha sacrificado a la población.
Se recuerda que solo en este año se han hecho docenas de nombramientos de personas sin ninguna función productiva, con salarios y beneficios ofensivos para las mayorías, todo esto en un país que Fernández, con su modelo económico; lo ha llevado a depender de los empréstitos internacionales para cubrir su Presupuesto Nacional.
Por otro lado está el ingrediente político, donde se da por descontado una derrota aplastante del posible candidato peledeísta Danilo Medina, quien se quedaría prácticamente desarmado para elaborar una campaña electoral creíble.
Habría que esperar la reacción de la población ante esta nueva embestida fiscal del presidente Fernández, acostumbrado a festinar el dinero público como jeque árabe, para luego firmar acuerdos con el FMI, y cuando éste le cobra, culpar al mismo, por los aumentos en las cargas impositivas.
No hay dudas que el presidente es valiente, osa desafiar la situación explosiva que viven los dominicanos; actuación que lleva a cuestionar y a poner seriamente en duda su calidad de bonhomía y hombre de estado.
Jeannelle Koss / Desde La República Dominicana
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