Karim Abu Naba'a.
¿Qué puede hacer el presidente de la República ante las actuaciones díscolas, contrarias a las leyes, al respeto, a la prudencia, de este jovencito?
El ejercicio del poder crea nubarrones y tormentas difíciles de manejar. Muchas veces los problemas que se desprenden del ejercicio del poder son imponderables, completamente fuera de control, sin que por ello el que pudiera resultar como afectado tenga responsabilidad directa.
Hay también una erótica del poder, que se expresa con la indiferencia ante los excesos de quienes rodean la figura presidencial. Hay gente que tiene la responsabilidad de realizar determinados actos con los que asumen directamente los riesgos, sin que ello pueda ser tomado como una directiva del presidente de turno.
El poder tiene también un compromiso con el buen proceder, con el respeto a la solemnidad de las leyes, de los procedimientos y de la conducta más pulcra posible de parte de quienes le rodean.
Y en particular cuidarse de los excesos familiares, que en ocasiones podrían resultar perniciosos y odiosos, y hasta generar riesgos innecesarios.
El presidente de la República, Leonel Fernández, nada tiene que ver con el joven Karim Abu Naba´a, al margen de una relación que éste tuvo con Nicole, la primogénita del doctor Fernández. No hay decisiones oficiales al respecto, no hay autorizaciones ni documentos que avalen ninguna actuación indigna del presidente Fernández.
Habría que decir, serenamente analizando el reportaje dado a conocer por la periodista Alicia Ortega, que el presidente de la República está siendo víctima de una actuación desquiciada de una persona que una vez estuvo vinculado sentimentalmente a la hija del presidente.
¿Qué puede hacer el presidente de la República ante las actuaciones díscolas, contrarias a las leyes, al respeto, a la prudencia, de este jovencito?
En primer lugar no es su hijo, no es familiar suyo, no puede decirse ni siquiera que sea su amigo. Quienes tienen hijas o hijos adultos saben que la vida sentimental de una persona es independiente y es poco lo que pueden asumir los padres y madres como responsabilidad, al margen de un buen consejo.
Una persona violenta, agresiva, desquiciada, que utiliza armas de guerra para dirimir conflictos, que falsifica documentos públicos, que amenaza constantemente a quienes le adversan en negocios o en las relaciones personales, es alguien que necesita de padres que le aconsejen y que le ayuden a recibir tratamiento sicológico. Esa parte no es atribución del gobernante. Pero siempre es saludable que los funcionarios y asistentes de mayor confianza informen, orienten y aconsejen a los gobernantes sobre los hechos que dañan su imagen y la de los suyos.
Independientemente de estas consideraciones, lo que sí debió ocurrir es que el Ministerio Público asumiera su responsabilidad, evitando que este joven anduviera por la ciudad protegido por cuatro o cinco oficiales, no se sabe a santo de qué, cubriendo sus exabruptos. Lo que no nunca debió permitirse es que se utilizara el nombre del presidente, de las instituciones públicas para cometer irregularidades.
Cierto es que en estos casos no tiene el presidente de la República que dar una orden, porque se supone que están claras las atribuciones de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional o la Procuraduría General de la República. Pero al mismo tiempo alguien, en alguna instancia militar o civil, debió de haber informado al gobernante de lo que estaba ocurriendo con una persona ligada a su familia.
Obviamente, que lo reportado por El Informe, es un caso que tiene serias implicaciones legales, pero parecería que al mismo tiempo se requiera de las opiniones de sicólogos y siquiatras.
Sea lo que fuere, colateralmente el caso Karim Abu Naba’a afecta la imagen de la actual administración del presidente de la República, Leonel Fernández. Ojalá que ante cualquier signo de episodios parecidos, se actúe a tiempo y se frenen esos excesos enviando desde el Poder Ejecutivo claras señales de que no se toleran esas inconductas, mucho menos a un ciudadano extranjero que ha sido acogido en nuestro país.
Editorial Acento.com
http://www.acento.com.do/index.php/news/4416/56/Karim-Abu-o-la-erotica-del-Poder.html
1 comentario:
ESTE KARIM ES UN DELINCUENTE DE CUELLO MORADO CON UNA GRAN DOSIS PERMISIVA DE PARTE DEL GOBIERNO, SIEMPRE ESTUVO PROTEGIDO EN CADA MOMENTO QUE COMETIA SUS FECHORIAS. HAY QUE RECORDAR QUE EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA ES EL HOMBRE MAS INFORMADO, Y EL DEJO ACTUAR A ESTE DELINCUENTE LIBREMENTE POR LA RELACION QUE ESTE MANTENIA CON SU HIJA, AL PRESIDENTE LE FALTO VOLUNTAD PARA METERLO EN CINTURA, NO TIENE EXCUSAS.
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