Otra vez los honorables diputados

   Abel Martínez Durán, el ¨honorable¨ presidente de la Cámara de Diputados.

Los diputados…¡pero otra vez!

Los diputados no pueden responder con rabietas a las críticas que les formulan por el uso irracional de los recursos del Estado que hacen con mucha frecuencia, en lo que muchos llaman falsa filantropía. Se pasaron de contenturas al acusar a Diario Libre de una campaña de descrédito en su contra solo porque su intolerancia no le permite aceptar críticas.

De ninguna manera debe considerarse normal que la presidencia de la Cámara de Diputados, Abel Martínez, disponga de la friolera de 176.9 millones de pesos para comprar electrodomésticos, en licitaciones extrañas, a fin de que los miembros del organismo los regalen a sus seguidores, aunque  estén consignados en su presupuesto. Mientras los hospitales del Estado no tienen ni siquiera baja lengua, estos señores, que por ley, su única misión es legislar, usan el dinero del pueblo en “francachelas políticas”, destinadas a mantener un clientelismo político que le garantice su permanencia en el cargo.

El pueblo está  harto de la conducta de los diputados, sobre todo luego que hicieran caso omiso a las críticas que les formularon cuando hace varias semanas destinaron 28 millones de pesos para donar habichuelas con dulces a sus seguidores. En ambos casos todo indica que los repartos se hicieron horas después que las gallinas subieron a los palos, pues no se vieron. Parece que estos señores se avergüenzan de que los vean haciendo semejante tarea. ¿Se atreve algún diputados presentar una lista de las madres que se beneficiaron con la distribución  de electrodomésticos?

No se puede objetar que  los legisladores, que se caracterizan por ser dadivosos con los recursos del Estado, donen estufas, televisores y otros regalos a la madres, pero deben hacerlos con sus recursos, con las monedas que se ganan.  No hay dudas que es fácil ser un Padre Billini con los recursos de los contribuyentes.

Nadie se opone a que los días 25 de cada mes los diputados depositen sus cheques en ferreterías para que las madres adquieran regalos. Lo que se quiere es que los recursos del Estado se usen en actividades prioritarias, como entregar a tiempo, las subvenciones de los hospitales. El sector más sano de la sociedad debe exigir que a los miembros del Poder Legislativo se les eliminen los privilegios de que gozan  y los millones de pesos, que dilapidan para aumentar su ego político, se destinen a la mejoría de los hospitales del Estado.

Eli Heiliger
Diario Libre
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