Bautista Rojas Gómez, ministro de Salud Pública.
El abandono de enfermos mentales en la puerta o entorno del hospital psiquiátrico Padre Billini sigue siendo una práctica común en el país. El centro, ubicado en el kilómetro 28 de la autopista Duarte, recibe cada mes entre ocho y diez pacientes en esas circunstancias.
Una vez esos pacientes son recuperados y luego de un internamiento que podría durar meses, el hospital enfrenta la problemática de salir a buscar a la familia y muchas veces ésta se niega a recibir el familiar, reveló su directora Dulce Javier.
“Por qué no se lo comieron”, fue la expresión usada por un padre en el interior del país cuando personal del hospital psiquiátrico le llevó a su casa a su hijo recuperado luego de varios meses ingresado en el centro.
Ese caso es uno de los tantos que guarda en su memoria el administrador del hospital, Ramón García, quien estuvo a cargo de esa entrega.
En el hospital viven actualmente 63 pacientes psiquiátricos, muchos ya envejecientes, que una vez llegaron no pudieron salir del centro debido a que perdieron contacto con sus familiares.
Realidad. Muchos pacientes son dejados en la puerta del hospital y en ocasiones los familiares los llevan y luego desaparecen.
Presupuesto
El hospital recibe una subvención estatal de RD$1.2 millones mensuales, de los cuales 40 mil se invierten en la compra de gasolina, 50 mil en gas y 35 mil en gasoil. En alimentación se invierten sobre los 700 mil pesos.
Sus autoridades enfrentan la problemática de que aparte de los pacientes y empleados, en el centro comen con frecuencia personas de la comunidad que entran aprovechando que la parte trasera no tiene verja.
La directora del hospital detalló que debido a la práctica del abandono, cada día tienen que disponer de un personal, un vehículo, y de su presupuesto para comprar combustible y trasladar a los pacientes a sus hogares, una vez están recuperados y logran informar el nombre de sus parientes y la dirección donde viven. Otros se quedan en el hospital porque no se logra ningún tipo de contacto con la familia.
“Hoy mandamos unas pacientes a sus hogares, pero tuvimos que comprarles hasta calzados para no mandarlas descalzas, porque los familiares los dejan absolutamente sin nada”, señaló Javier.
Comentó que también se da con frecuencia que algunos pacientes no se quieren ir a su casa cuando se recuperan, porque en el hospital encuentran techo y comida.
Doris Pantaleón
http://listin.com.do/la-republica/2010/9/16/159188/Sigueabandono-de-enfermos-mentales-en-entorno-hospitales
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